Confía, confía, confía, sin miedo avanza amada y adorada hija, no temas por lo que pasara, no temas por lo que piensen o sufran los demás, escucha tu corazón que es verdadero y esto te traerá mucha satisfacción.
Los humanos sufren mucho la duda, La duda y la inseguridad es diferente.
La duda es buena, tiene su razón de ser, mantiene una actitud contemplativa de alerta y una posibilidad de crecer y de evolucionar, la duda es la capacidad de revisar una actitud, un comportamiento o una situación. Mas la duda no debe ser prolongada en el tiempo.
Hay un momento en que tras la duda ha de llegar la certeza, la decisión, la elección comprometida y sincera. Para esto es importante la confianza en uno mismo, la confianza en Dios, en el Universo, en que todos estamos sostenidos, acompañados por una fuerza mayor y por una fuerza superior que siempre acompaña y sabe.
La propia vida, la respiración…
La mente duda, el ego agita nuestros pensamientos y sentimientos, incluido nuestro cuerpo, pero la respiración continua, la fuerza de la vida sigue, no se detiene mas allá de la duda.
Una persona sin confianza vive en una permanente inseguridad y confusión, esto provoca mucha ansiedad en la mente, cuerpo, emociones…no permitiendo disfrutar de la vida y no permitiendo avanzar y evolucionar, aprende a confiar con el corazón. Recuerda que la fuerza de la vida continua como la respiración como el latido del corazón
Buda, El Maetsro Shi.
Rebeca Lacasa